ÁVILA, 10 de enero
de 2013
El
anteproyecto de Ley del Gobierno no ofrece suficientes garantías democráticas al
no basarse en la Ley
General de Elecciones.
Nuestra organización
considera lamentable que en el censo puedan entrar quienes no sean
profesionales del sector, así como que no se facilite la participación en esta
consulta popular, que no elección democrática, a todos los agricultores y
ganaderos al no poner mesas electorales en todos los pueblos y al no regularse
convenientemente el voto por correo.
En relación al Anteproyecto de Ley por el que se regula el procedimiento para la determinación de la representatividad de las organizaciones profesionales agrarias,
Sin embargo, del contenido del Anteproyecto de Ley
se deducen enormes carencias en cuanto a garantías democráticas, ya que el
procedimiento que se fija para determinar la representatividad no se basa en un
proceso electoral conforme a la Ley Electoral General –como es el que se
desarrolla en Castilla y León-, sino en una consulta popular, que deja enormes
lagunas en cuestiones esenciales como el censo o la ubicación de las mesas
electorales, o la insuficiente regulación del voto por correo.
Por otra parte, no es de recibo que el Gobierno
justifique esta propuesta legislativa en la necesidad de “legitimar” la
representantividad actual de las organizaciones, cuando la misma está
sustentada en la Ley
10/2009, de 20 de octubre, que fue aprobada por unanimidad de todos los grupos
políticos de las Cortes Españolas hace cuatro años.
En una hipotética consulta tal cual está planteada en el Anteproyecto de
Ley no tendrán los mismos derechos todos los agricultores
y ganaderos, ya que no habrá mesas electorales en todos los pueblos. Al poner
mesas sólo en determinados lugares, será más fácil acudir a votar a la mesa que
se situaría cerca del Paseo de la
Castellana que a los ganaderos que tienen su explotación en
la sierra, por ejemplo, y que tendrán que recorrer en algunos casos más 200 kilómetros para
votar. Además, no se regula convenientemente el voto por correo, cuestión
especialmente llamativa por el evidente riesgo de que se cometa un fraude
electoral, como ya ocurrió en las últimas elecciones a cámaras agrarias en
Castilla y León.
Por otra parte, se abre la posibilidad a participar a cualquier persona que tenga un determinado nivel de ingresos agrarios, como rentas o subvenciones, aunque no sea profesional. Esto muestra a las claras la falta de apuesta por un modelo social agrario para nuestro país que se fundamente en el empleo y la actividad real de las explotaciones.
En definitiva, LA ALIANZA UPA-COAG DE ÁVILA apuesta
por un sistema auténticamente democrático de representación que recoja la
voluntad libre de todos los profesionales del sector.
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