Ávila, 24 de julio
de 2014
Hemos participado
hoy en Asturias en una Jornada Técnica sobre prevención de daños del lobo a la
cabaña ganadera pidiendo un control riguroso de la especie e indemnizaciones
ágiles para los ganaderos.
La ALIANZA UPA-COAG DE ÁVILA ha
participado activamente en la jornada técnica que ha tenido lugar hoy en la
localidad asturiana de Rioseco
(Sobrescobio) sobre la prevención de daños del lobo a la cabaña ganadera.
El máximo
responsable de ganadería de nuestra organización, Jesús González Veneros, el
secretario de Organización de UPA-Ávila, Manuel Jiménez Rodríguez, y el
ganadero de Navalperal, Pedro San Segundo del Peso, han asistido a este foro trasladando a los responsables
de la Comisión Europea y del Ministerio de Medio Ambiente, que han asistido a
este foro, la situación que están sufriendo los ganaderos de la provincia
abulense.
Con más lobos que
nunca en Castilla y León y en la provincia de Ávila, tal y como se desprende
del último informe de la Consejería de Medio Ambiente hecho público semanas
atrás, y con una expansión incontrolada de este cánido que afecta muy
especialmente a la provincia de Ávila, los representantes de LA ALIANZA UPA-COAG DE ÁVILA han hecho
llegar hasta Asturias la realidad de lo que está ocurriendo en nuestra
provincia, con daños provocados por los lobos
en el último año en la ganadería cuantificados en más de 300.000 euros.
En este sentido, hemos
trasladado la realidad actual que sufre la provincia en el sentido de que las
políticas de favorecer y potenciar la especie del lobo en los últimos 30 años
en la provincia de Ávila y en el resto de la región ha provocado una situación
límite para muchos ganaderos.
Al respecto, hemos
pedido en la jornada celebrada en Asturias la necesidad de que desde las
administraciones competentes se tomen medidas urgentes, pues de lo contrario
las consecuencias serán muy negativas para los ganaderos de extensivo en la
provincia, que en algunos casos se encuentran en una situación límite.
LA ALIANZA UPA-COAG
ha solicitado una vez más compromiso político, puesto que el problema lejos de
solucionarse se incrementa año tras año al no controlar la especie, no regular
la población de lobos, no indemnizar los daños de forma ágil y ajustada al
verdadero valor de las cabezas de ganado que mueren o quedan malheridas, y no considerar de una vez por todas que el lobo
es incompatible con la ganadería extensiva en determinados territorios.
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