Valladolid, 24 de febrero de 2011
Para la `Alianza por la Unidad del Campo´ resulta vital para el futuro del sector profesional agrario de Castilla y León que se prioricen los apoyos y las ayudas directas sobre los `activos´.
La situación actual de distribución antisocial e injusta de los pagos compensatorios que se reparten en Castilla y León deberían obligar al Gobierno regional a hacer un giro radical en sus políticas.
La `Alianza por la Unidad del Campo´, que conforman las organizaciones COAG y UPA, lamenta el nulo interés que demuestra la Junta de Castilla y León en favor de los agricultores y ganaderos profesionales al posicionarse como lo hace, en uno de los temas claves de cara al futuro como son las próximas negociaciones de la PAC, sobre el concepto de agricultor activo.
Esta posición intransigente mantenida por parte de la consejera de Agricultura hace prever que vaya a ser muy difícil salir de las crisis a los verdaderos agricultores y ganaderos profesionales de esta comunidad autónoma.
La posición que defiende el Gobierno regional en cuanto a la figura de `ACTIVO AGRARIO´, recogido en la propuesta de la reforma de la PAC como perceptor prioritario sobre el resto, no es admitida por parte de la Consejería de Agricultura, como ha puesto de manifiesto en numerosas ocasiones. Así ha ocurrido en el Consejo Regional Agrario y en numerosas intervenciones públicas, avalando con ello lo que para la ALIANZA POR LA UNIDAD DEL CAMPO es una injusta distribución de pagos compensatorios actuales de la PAC en Castilla y León.
Sirva como ejemplo que en el año 2009 se presentaron 92.842 solicitudes PAC en esta región, de las que 39.142 (42 %) fueron destinadas a los ATP, y 53.651 (58 % ) al resto de productores. SIGUE
En esta misma línea de políticas erróneas del Gobierno regional pueden incorporarse la relación de medidas presentadas recientemente para la ganadería, claramente insuficientes, y en las que no se contemplan medidas diferenciadas a favor de los `activos´ ganaderos profesionales.
Para UPA y COAG resulta evidente que no querer reconocer la denominación de agricultor activo será un nuevo impedimento para que tanto los jóvenes como las mujeres se incorporen a la actividad agraria, propiciando con ello más trabas e impedimentos al relevo generacional, y a mantener con vida el medio rural.
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