Valladolid, 18 de noviembre 2010.
La Alianza por la Unidad del Campo, integrada por COAG y UPA en Castilla y León, en una primera valoración, comparte los objetivos presentados este mediodía por la Comisión Europea en su Comunicación “La PAC hacia 2020”. No obstante, UPA y COAG consideran que la Comisión mantiene un decepcionante continuismo respecto a su política de desregulación de los mercados cuyos efectos han provocado, y continúan agravando, la brutal crisis de rentabilidad que asfixia a las explotaciones agrícolas y ganaderas, tanto en Europa, como en España y en Castilla y León.
Entre los aspectos positivos, destacamos el reconocimiento de la preservación del potencial de producción agraria en toda la UE, como una contribución esencial al objetivo de la seguridad alimentaria de los ciudadanos, lo que implica un reconocimiento implícito al carácter estratégico del sector agrario.
Sin embargo, para la Alianza resulta decepcionante que a nivel presupuestario la UE pretenda atender, con “los mismos fondos” establecidos en 2003 para una Unión con 15 estados, las necesidades de 27 países. Así, es prácticamente imposible alcanzar los objetivos planteados, ni dar respuesta eficaz a los nuevos retos que se marcan. No obstante, la PAC no debe ser una confrontación entre territorios, sino entre modelos agrarios. Los presupuestos públicos no deben servir para aumentar los beneficios de las empresas que no generen empleo en el medio rural. Los presupuestos públicos sí deben servir para garantizar la viabilidad de las explotaciones familiares, asegurando la producción de alimentos saludables, gestionando el territorio rural y manteniendo el empleo y el tejido social en el medio rural.
Siendo el presupuesto un aspecto sustancial de la nueva PAC, desde UPA y COAG se ha insistido en innumerables ocasiones en que, tan importante es el presupuesto como la distribución del mismo.
En este sentido, la Alianza respalda expresamente la idea de vincular el apoyo a los agricultores en activo, así como el establecimiento de un “techo” de ayudas por explotación, que impida que las grandes fortunas sigan aprovechándose de los recursos públicos. COAG y UPA creen que el sistema de pagos directos debería pivotar sobre la actividad agraria que ejercen los agricultores y agricultoras profesionales y legitimarse básicamente en el empleo que generan las explotaciones. Este modelo de agricultura, social y sostenible, es el que tanto desde Europa, como aquí en España y en Castilla y León, deben priorizar todas la administraciones públicas.
La Alianza critica la escasez de medidas de mercado planteadas en la Comunicación, y pide que la nueva PAC establezca mecanismos de regulación que acaben con la especulación de los mercados, que sean eficaces en momentos de crisis garantizando unos precios justos, a la vez que deben servir para garantizar la seguridad alimentaria a la sociedad. UPA y COAG compartimos el análisis que se hace sobre el funcionamiento de la cadena alimentaria en Europa, ya que, aunque sin medidas concretas, se reconoce el desequilibrio a favor de la gran distribución del poder de negociación dentro de la cadena, así como el injusto reparto del valor entre sus diferentes eslabones.
Por otro lado, COAG y UPA rechazan los aspectos de la Comunicación que se refieren a la política comercial de liberalización aún mayor del comercio internacional, que potencia las importaciones de terceros países y que nos invaden con productos cuyos niveles de control y exigencia en cuanto a normas ambientales, sociales, laborales y de calidad y seguridad alimentaria son infinitamente menos rigurosas que las que se nos imponen a los agricultores dentro de la Unión Europea.
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