Ávila, 18 de enero de 2012
Llevamos solicitando desde hace tiempo actuaciones contundentes en nuestro país contra prácticas similares que dañan muy seriamente los intereses de los ganaderos
LA ALIANZA POR LA UNIDAD DEL CAMPO DE ÁVILA, que forman UPA y COAG, valora positivamente la denuncia interpuesta por el sector lácteo portugués y la inmediata actuación de la Agencia de Seguridad Alimentaria y Económica de Portugal (ASAE).
Este organismo luso ha retirado días atrás
UPA y COAG de Ávila manifiestan que en España, históricamente, se ha utilizado esta práctica comercial prohibida (la “venta a pérdidas”), y a día de hoy pueden encontrarse también en las grandes superficies de Castilla y León leche de vaca a precios muy por debajo de los costes de producción y transformación.
La denuncia de los productores lácteos portugueses trata de evitar estas prácticas desleales para de ese modo asegurar la viabilidad del tejido productivo ganadero de su país no permitiendo que se venda leche por debajo de coste.
En esta misma línea de actuación, la ALIANZA POR LA UNIDAD DEL CAMPO de UPA y COAG han denunciado en más de una ocasión la venta a pérdidas de leche de vaca por parte de la gran distribución en España, y sin embargo nunca se ha concluido con una actuación de estas características por parte de las autoridades competentes nacionales o autonómicas, dejando al sector productor en la más clara indefensión sin poder rentabilizar su trabajo.
Dado que existe legislación común europea en esta materia, la actuación de las autoridades lusas demuestra que la lucha contra la venta a pérdidas es, en opinión de UPA y COAG, cuestión de “voluntad política” para corregir el abuso en algunos de los eslabones de la cadena alimentaria.
La interpretación que se hace en nuestro país de la normativa de Competencia está fortaleciendo al máximo el poder de negociación de la gran distribución en detrimento de los productores, lo que está teniendo lesivos efectos sobre la viabilidad de las explotaciones. De no corregirse esta circunstancia habrá una mayor dependencia de las importaciones de otros países, que en estos momentos sobrepasan ya el 35% de las necesidades de consumo en España, dejando a miles de explotaciones lácteas en la más absoluta ruina económica.
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